Dulces tradicionales quiteños que sin duda tienes que probar.
Quito, es una ciudad que guarda un encanto natural; desde sus atractivos turísticos, la amabilidad de su gente y en su punto más fuerte todos sus secretos culinarios, esconde en todas su calles tradición y cultura que han sido considerados como una verdadera herencia colonial.
Si hablamos de comida, sin duda Quito es una de las ciudades que contempla varios platillos ecuatorianos que son de fácil acceso para turistas tanto nacionales como internacionales que tienen la oportunidad de conocer esta mágica ciudad.
Pero, más allá de los platos fuertes Quito, se caracteriza por presentar un sin número de deliciosos dulces tradicionales artesanales que han sido considerados ya como una tradición cultural gastronómica.
Es un postre tradicional quiteño, que tiene sus inicios en 1907; fue preparado por primera vez en los conventos de Quito y se fue mejorando la receta original desde la mezcla de varias frutas tradicionales como: la guayaba y naranjilla, formando así, un postre que gusta a grandes y chicos.
Su consistencia es espumosa, similar a un punto de nieve que se elabora con la pulpa de la guayaba y se la puede encontrar por su forma más básica, colocado sobre un cono de galleta o al estilo grumete sobre un barquillo con diferentes jarabes de frutas.
Hablar de este delicioso manjar, es sin duda hablar de una experiencia diferente al paladar, la combinación de todos sus ingredientes crean una especie de tortilla suave cuyo sabor es bastante sutil y ligero, se le acompaña con la tradicional miel de panela, y representa el bocadillo que acompañaba en la celebración de las fiestas navideñas.
Es elaborado con harina de trigo, maíz o yuca; mantequilla y huevos, mezclados e integrados de forma homogénea cuya masa es frita en aceite a temperatura media.
Este, es un dulce tradicional elaborado desde la época colonial, y cuenta la historia que se utilizaba especialmente en las reuniones de la alta sociedad, donde era servido únicamente para las mujeres, ya que para la época tenían prohibido consumir bebidas alcohólicas y este era el suplemento al momento de hacer el brindis.
Son mezclados con licor especialmente el vino y se los presenta en forma de caramelo o bombón, al ingerirlos se puede sentir como infusiona los dos sabores en la boca, por una parte la azúcar del dulce y por otra parte el sabor del vino.
Su preparación tiene secretos ancestrales que no ha sido revelados en su totalidad, únicamente se conoce que el tiempo de preparación, es de aproximadamente 9 horas, tiempo en el que se debe cocer los dulces con el fin de impedir que el licor se desborde, convirtiéndolo de esta manera en uno de los dulces más trabajosos de elaborar.
Más que un dulce tradicional, el Ponche es considerado la esencia misma del quiteño, desde quienes lo elaboran y venden con su característico uniforme que consta de una camisa celeste, pantalón negro y una gorra de marinero, hasta la manera de almacena este delicioso manjar; y sin mencionar su presentación; este postre no deja de impresionar a quienes tienen el privilegio de probarlo.
El Ponche es elaborado a partir de la cerveza, malta, huevos, azúcar y esencia de vainilla, que en conjunto forman una crema a punto de nieve de un sabor intenso, para decorar va acompañado con jarabe de mora o frutos rojos y se dice que el secreto para obtener un buen resultado, es dejarlo fermentar un poco sin que se convierta en una sustancia alcohólica o una bebida demasiado concentrada.
Este es un dulce redondo relleno de frutos secos, especialmente nueces y almendras, aparecieron en la época de las festividades del Real Consejo de Indias, en la corte de Madrid, por lo cual fue considerado como un dulce que podían consumir únicamente la aristocracia, posteriormente fue introducido en Quito en las festividades religiosas y civiles, especialmente en las corridas de toros se repartían en abundancia, además se usaban para decoración en pasteles, pastas, postres etc
Si bien el nombre de este delicioso postre no es el mejor, su sabor es simplemente exquisito. Resulta que este manjar es una combinación de nada más que del tostado con panela, es decir en otros términos “Tostado de dulce”; y lleva el nombre por su color y textura.
No dejes que el nombre te aleje de poder disfrutar de este manjar, su textura es crujiente y al ser acompañado con dulce es ideal para niños y adultos por igual.
Se considera a este platillo una fuente energética pues sus altos niveles de carbohidratos ayudan a la generación de energía, también es considerado un bocadillo que colabora en el aumento de temperatura corporal especialmente en las cumbres de las montañas.
Ha sido empleado por varios alpinistas y escaladores.
Si quieres vivir la experiencia completa de tu estancia por Ecuador, es necesario que pruebes estas empanadas.
Resulta que es un postre muy tradicional de la ciudad de Quito, y guarda cada parte de la memoria de Quito. Es un bocadillo elaborado con harina de trigo, queso freso o quesillo, huevos, mantequilla que se fusionan en una masa blanda, a eso si las originales empanadas son sumamente grandes.
La características que tienen estas empanadas es que, al momento de freírse adoptan un tamaño colosal, debido al uso de levadura; de ahí su nombre y su textura es crujiente sele adiciona azúcar blanca y resulta una combinación perfecta que deleitará tu paladar de una manera de la que jamás habías vivido antes.
¿Conocías alguno de estos deliciosos manjares? Déjanos saber en los comentarios, aquí tienes otro motivo por el cuál visitar Quito.
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